La aceleración del proceso inflacionario desde diciembre en un escenario signado por los
movimientos cambiarios y el agravamiento de los desequilibrios macroeconómicos,
especialmente en el frente externo, manifesta las debilidades de la política económica del
gobierno, cuyas propuestas de impulsar el nivel de actividad y cambiar las metas de inflación
del Banco Central se vuelven muy improbables de alcanzar (ya lo eran desde un comienzo).